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julio 28, 2016Las reformas forman parte del día a día de la construcción. Con la llegada de la crisis, son muchos aquellos que se enfrentan a la mejora de su vivienda en vez de a la construcción de una nueva. El paso del tiempo nos hace replantearnos decisiones que, tal vez, actualmente no nos acaban de convencer.
El cambio de la bañera proporcionará muchos cambios nuevos en el baño, cambios que en un principio no creíamos posibles de una forma tan sencilla y, al mismo tiempo, obvia.
Si el baño es de un dimensión pequeña o media, sería interesante plantearse si es necesaria la bañera que, en muchos casos, se acaba utilizando en realidad como plato de ducha. La única diferencia está en que es más incómoda y, a la larga, podemos correr un alto riesgo además de perder la oportunidad de amortizar verdaderamente la obra.
Una de las reformas más solicitadas hoy en día es el cambio de bañera por el plato de ducha. Hay varias razones para llevar a cabo el cambio, a continuación os dejaremos una serie de ventajas que ofrece la ducha en lugar de la bañera.
Una reforma económica
En general, cuando hablamos de las reformas, entendemos por ello una obra de gran envergadura que supone una gran inversión que, a priori, parece que nos puede superar. En el caso de cambiar la bañera por un plato de ducha, esto no sucede. Se trata de una reforma económica adaptable a todos los bolsillos. Además, es muy rápida de ejecutarse y los resultados son palpables al instante.
Sensación de amplitud
La bañera es un elemento que necesita mucho espacio, ya que no es solo el tamaño de la propia bañera, sino que además requiere de unas distancias para que puedas entrar en ella y que exista cierta comodidad en el baño. Todo ello requiere de espacio, y mucho.
Una forma efectiva de convertir el baño en un lugar más amplio es cambiando la bañera por la ducha, ya que ganaremos mucho espacio y, sobretodo, sensación de amplitud. El plato de ducha de por sí ocupa menos que la bañera. Algunos pueden pensar que la instalación de la mampara puede suponer un derroche de espacio, pero nada más lejos de la realidad. Si las mamparas son de puertas correderas, el espacio sigue siendo el mismo y, si además, éstas son de vidrio no parecerá que perdemos espacio, sino todo lo contrario.
Ganamos comodidad
La ganancia en espacio ya supone, de forma directa, ganar también en comodidad. Pero ya no es únicamente cuestión de amplitud, la bañera es un elemento más incómodo que la ducha. En muchas ocasiones, este tipo de reforma se hace por prevención a futuros accidentes. Es muy recomendable hacer el cambio si en la vivienda viven personas mayores, ya que las bañeras suponen un riesgo y tiene muchas más probabilidades de provocar un accidente doméstico que los platos de ducha.
Ahorro
Es sabido que las bañeras necesitan más agua que las duchas para que podamos darnos un baño en condiciones. La instalación del plato de ducha supondrá un ahorro a final de mes con lo que, con el paso del tiempo, amortizaremos la obra completamente. Además, favorecemos al medio ambiente gastando menos agua