Para alquilar o vender un piso, la primera impresión es muy importante, ya que determina cómo verán los futuros inquilinos el resto de la vivienda. Es un hecho que los anuncios de casas en alquiler con fotos tienen un impacto mucho mayor que los que no lo tienen, pero también que una mala imagen puede disuadir a los inquilinos. Un primer impacto negativo les impedirá apreciar los aspectos positivos, por eso es muy importante amueblar y decorar el piso que queremos alquilar de manera que pongamos a la luz sus potencialidades y aspectos más atractivos.

Equilibrio en la decoración

Hay que buscar el equilibrio a la hora de colocar muebles y elementos decorativos. Una vivienda completamente vacía ofrece una mala sensación, pero lo contrario, si está abarrotada de muebles y objetos, producirá el mismo efecto de rechazo. Es necesario colocar el mobiliario básico, que permita a las personas interesadas imaginar cómo será su vida allí, y dónde colocarán sus objetos personales.

Luminosidad

Tienes que aprovechar la luz, y potenciar los espacios del piso que reciban luz natural. Para ello, elige también colores claros, optando por el blanco para las paredes, ya que con este color se ofrece una sensación de amplitud y de luminosidad, para ofrecer una sensación visual de mayor amplitud. No coloques cortinas, ni visillos, ni ninguna otra cosa que pueda filtrar la luz, y si el piso ya tiene alguno de estos elementos, retíralo. En el caso de que se trate de una vivienda con poca luz natural, una buena opción es usar lámparas de sobremesa o de pie que ofrezcan luces indirectas, creando un espacio cálido e íntimo en el que apetezca quedarse.

Retira todos los objetos personales

Un error muy común que cometen los caseros habitualmente es colocar en el piso muebles viejos o electrodomésticos que ya no usan. Este mobiliario puede convertir la sensación que tenemos de un piso perfecto para vivir en él, y hacer que parezca usado y poco atractivo. No es necesario redecorar y amueblar la casa al completo, al contrario, en estos casos se cumple la máxima de que “menos es más”. Unos pocos elementos bien seleccionados serán suficientes. La clave estriba en que el espacio dé la sensación de ser habitable, al mismo tiempo que deje sitio libre para circular por él y acceder con facilidad a cualquiera de sus rincones. Si la casa ha estado habitada recientemente, hay que hacer un esfuerzo para despersonalizarla, retirando todos los objetos personales.

Opta por colores neutros

A la hora de elegir muebles para un piso vacío que se desea alquilar, la primera característica a tener en cuenta es el color. Se han de elegir colores neutros, preferiblemente dentro de una gama clara, y procurar que todos los que se coloquen guarden una armonía no solamente en lo que respecta al color, sino también en el diseño. Los muebles de madera son una buena opción, mezclando diseños sencillos con elementos de vanguardia. Al poner estos muebles, hay que procurar no colocarlos en el centro de las estancias, ni tampoco en la línea imaginaria que va desde una puerta hasta una ventana, creando la sensación de continuidad y de espacio abierto y amplio.

Uno de los espacios donde más atención ponen los inquilinos es el cuarto de baño. La limpieza exhaustiva no es el único aspecto a tener en cuenta, sino que también se han de retirar todos los objetos que den sensación de uso: la cortina de baño, la escobilla, la alfombrilla… objetos decorativos, sencillos y en color blanco o tonos claros es la mejor idea para dar sensación de limpieza y pulcritud.

Haz un plano del lugar

En el resto de habitaciones, conviene hacer primero un plano de la casa, con las medidas exactas, para tener una idea clara de los metros a decorar, así como del camino natural que seguirán los inquilinos cuando visiten la casa. Una buena idea es echar un vistazo a los muebles multifunción: mesas de centro con cajones, un sofá cama, una mesa de comedor extensible, un aparador con una zona amplia donde colocar elementos decorativos… la clave está en sugerir el uso que se le puede dar a cada habitación, sin mediatizar a los posibles inquilinos, para que no noten que el casero les está imponiendo un uso determinado de cada espacio.

Analiza el perfil de tu posible cliente

Hay muchos tipos diferentes de inquilinos: parejas sin hijos, oficinistas, familias grandes, estudiantes… y cada uno tiene unas necesidades específicas. Dependiendo de la ubicación del piso, tamaño y orientación, hay un cliente potencial perfecto. Una vez que hayas localizado qué tipo de personas pueden estar interesados en el piso, puedes elegir muebles y elementos que tiendan a sugerir que el piso es perfecto para ellos, potenciando sus puntos fuertes: un segundo cuarto de baño, un amplio salón o la ausencia de pasillo. En el caso contrario, con un pasillo grande, uso elementos que rompan la monotonía y que ofrezcan una sensación acogedora, y podrás alquilar el piso más rápidamente y por una renta mayor.